Y la Bruja era el Hada Madrina! - Historia de un día de Teatro.
Podría haber sido un día cualquiera, pero
no! Era el día de los festejos del Bicentenario con toda la 9 de Julio cortada.
Tardamos más de 2 horas en llegar.
Podría haber sido un clima espléndido,
todo despejado, pero no, ese día fue el record de lluvias de los últimos años
para un día del mes de mayo.
Podríamos haber elegido otra de teatro para ir a ver, sí, podría haber sido incluso cerca de nuestros hogares, pero no, el Circo Fokus Bocus parecía ser la meca.
Para ponernos en situación, dos
matrimonios, cuatro niños pequeños, tres de ellos con pañales!, lluvia hasta el
punto de pensar en la necesidad de un Arca. Calles inundadas. Transito cortado
en las principales avenidas de la Capital. El reloj que se empecinaba en
avanzar más rápido todas las veces que frenábamos en un embotellamiento, la
función que estaba por comenzar!
Pero la providencia no nos abandono,
luego de 8 o 10 vueltas, y de apagar el estero, no se porque cuando no conseguimos
estacionar apagamos el estereo, como si la música ocupara ese lugar, al final
conseguimos lugar en un estacionamiento, eso sí, media amarreta la providencia,
porque el estacionamiento no era techado!
Corrimos por la Avenida Corrientes hasta
el Teatro, a pesar de todo llegamos a horario, pero la chica de la bolearía,
con esa cara inconfundible entre la piedad y el sarcasmo, nos informó la falta
de entradas, con un “no hay localidades” largo...... que era el
eufemismo de “salame, como se te ocurre que, sobre la hora, un día que los
baldes de agua caen sin cesar, con la mitad de la argentina en la capital,
podes conseguir 6 entradas”. Frase que va acompañada de una cara de
satisfacción macabra, como quien goza jodiendote la vida, -ya se que lo hay, y
muchos, demasiados- pero nosotros solo queríamos ver la obra.
Por un momento, parados en el medio de la
Av. Corrientes, literalmente en el medio, ya que como dije todas las avenidas
estaban cerradas al transito; los edificios se hicieron altos, la lluvia más
amenazadora, la avenida más larga del mundo nos lo hizo sentir, y ahí los 6
como hormiguitas en un mundo hostil decidimos ser optimistas. ¿Para que?!! Si
todo era un señal que debíamos pegar la vuelta, llegar a casa, sacarnos la ropa
mojada, bañarnos reconfortados con la ducha caliente, y mirar una DVD con los
niños.
Nos fuimos a otro Teatro, siendo un
complejo no podíamos fallar, alguna función que no este agotada debía haber.
Entramos y se nos abalanzaron gentes con
trajes inimaginables de motivos infantiles, entre afiches uno mejor que otro,
que promocionaban las obras como si fueran un inédito de Williams Shakespeare protagonizado por De
Niro, estaba la obra que nos esperaba, la que el destino quería invitarnos
“Pinocho y La Cenicienta”
Linda yuntita, aunque sonaba medio
extraño que la marioneta de madera creada por el italiano Carlo Collodi en
1882, se juntara con la princesa que el frances Charles Perrault describió en
1697, pero con esto de la unión europea y los viajes en el tiempo, todo podría
ser.
La sala era en la terraza, por suerte
había ascensor, era tres pisos arriba. Va por suerte para los que no tenían
niños y sus cochecitos, nosotros tuvimos que subir los tres pisos por escalera
porque en el ascensor no entraban los vehículos infantiles, y como lo
supondrán, el complejo era tan moderno que las escaleras... eran al aire libre!
.
Llegamos a la sala, y cuando entramos
todo cambio, nuestra cara de asombro lo decía todo. La sala llena: Y claro como
no iba a estar llena, era un bar chiquito con 6 mesas apiñadas. Como pudimos
estacionamos los cochecitos y a nosotros mismos, la obra estaba por empezar.
Llegó una moza y nos preguntó si
queríamos tomar algo, lo mire a mi amigo como quien traslada la pregunta y
obtuve la única respuesta posible... “si, algo fuerte y doble” como para
pasar la tarde.
La obra comenzó en un escenario, por
decirlo de alguna manera, minimalista, es decir telon atrás y la nada adelante.
Una bruja quería sacarle la sonrisa a Cenicienta, mientras que ella quería que
Pinocho busque al Hada Madrina que lo convierta en alguien de carne y hueso,
quien sabe con que intenciones.
Como en toda historia, la Bruja logró su
cometido y desapareció de escena. Finalmente los dos aventureros encontraron al
Hada Madrina quien no solo devolvió la sonrisa a Cenicienta, sino que
transformó al muñeco en una persona de carne y hueso, -aunque a nosotros nos
pareció que muñeco hubiera preferido que lo transforme en una Barby- y colorin
colorado, este cuento casi se ha terminado, si claro “casi” porque faltaba que
los niños se sumen al escenario a festejar con los personajes y el sorteo de
una sorpresa.
Ahora sí, se sorteo la sorpresa, y como
siempre hay una cal y otra de arena, - que no se cual es la mala y cual es la
buena – nuestra amiga GANOOOOOOO..... las papas fritas del Mc Donald´s de al
lado del teatro.
Salimos, y recordamos que con los
cochecitos de los niños es tan complicado subir, como bajar, pero allí
estábamos nuevamente en planta baja.
De camino al estacionamiento estaba este local
de comidas rápidas, vimos una cantidad de gente incalculable, pero tratándose
de un fast food, ¿cuánto podríamos tardar? Y fuimos por las papas...
Si todavía hubiera existido la
compensación de una hamburguesa por cada minuto de retraso, hubiésemos dado de
comer a toda la gente que estaba en capital... una hora por unas papas
gratis!!!
Y así con el sentimiento de misión
cumplida nos dirigimos al estacionamiento, paramos solamente en el único kiosco
de toda la zona que no tenia un techo, y fuimos al estacionamiento, en el cual
luego que todos nos empapáramos el encargado sacó un paraguas.
De regreso por fin, pero igual que el
millón de personas -según los datos oficiales- que habían estado en Capital ese
día.
Con tanta lluvia y frío el vidrio del auto
se empañaba y no logramos ponernos de acuerdo en la forma de lograr
transparentarlo, así que el camino fue, 10 minutos de aire acondicionado para
darle frío seguidos de 10 minutos de calor intenso, conclusión manejé todo el
camino con una cortina en el parabrisa.
Hablándonos por los celulares desistimos
de la cena juntos, cada uno para su casa, y al final cuando repasaba nuestro
día me di cuenta porque la bruja había salido de escena.
La Bruja era el Hada Madrina !!!!
Estimado, algo que siempre le quise decir y nunca encontré el momento adecuado, con su apellido Ud. debió haber sido decorador de interiores. Si no, con la bruja no tiene que ver, pero no quería dejar pasar más tiempo, uno nunca sabe la importancia de lo que no se dice.
ResponderEliminarYendo al tema que nos ocupa, asombrosa su memoria, es como si reviviese cada momento de aquel día. “la bruja era el hada” tiró como si el hada (ese día helada), lo hubiese tocado con su barita luminosa. Fue con tono informativo, casi susurrando como para no revelar el secreto, mirando de reojo a los rincones como buscando al responsable que le escamoteo un actor en escena para reclamar un dto.
Solo le agregaría una foto que me quedó. Terminada la obra, con el resultado del sorteo puesto y apenas el zapatito de la brujada dejó el escenario, Ud. tomó a Fausto y con la velocidad de quien quiere sacarse de encima algo que no quiere hacer, lo acostó sobre el borde del escenario, le sacó el pañal viejo, le puso el nuevo, lo levantó y taraaaaaaaaaaaa…. saludo escénico, cierre de telón. Con cara heroica y pecho hinchado me miró como diciendo, estoy listo, vamos por las papas…¡Que día!
Por suerte salió así, si hubiese sido un día soleado, sin calles cortadas y con entradas anticipadas para Fokus Bocus ni nos acordaríamos.
Gracias por el recuerdo! Un abrazo!
Menudo dia más agotador, no??? yo estoy exahusto sólo de leerlo ja ja ja
ResponderEliminarUn abrazo enorme