Dentro de

¿ INDIGNADOS ?


Esta época, especialmente estos últimos meses se ha dado lo que llaman “el fenómeno de los indignados”, así las cosas, para mi gusto, partimos mal, si indignado es el participio de indigno, e indigno es “no merecedor de aquello que se expresa”, más o menos, me lleva a pensar, si los indignos son ellos, porque los indignados somos nosotros? Y menos de acuerdo estoy con llamarlo “fenómeno” como si fuera algo que no se esperaba.

Qué esperaban que pase en un mundo de 6.000.000.000 de habitantes de los cuales tres cuartas partes son pobres, un gran parte de esos tres cuartos indigentes y otra porción miserables.


Que esperaba que pase cuando la “sociedad” cambio el estándar de éxito, del intelecto a lo superfluo, de lo colectivo a lo personalista, de lo espiritual a lo material. 

Que esperaban que pase si la fama o el dinero, en el mejor de los casos ambas, son los nuevos dioses, las nuevas metas a alcanzar.

Que esperaban que pase si las políticas que hicieron los políticos no buscaban la superación de la persona humana, no fueron pensadas para el desarrollo en todos los ámbitos del ser sino para el sometimiento. Ni siquiera fueron para la superación de un país, de una región, son solo espasmos interesados.

Que esperaban de una sociedad que paso del temor a la muerte al temor a la vida, especialmente la de mi país, donde por miedo a morir  manos de los delincuentes no vivimos, no hacemos nada, ni siquiera votar por nuestra propia libertad, porque si el derecho a la vida es el más elevado de los derechos como personas, es la libertad el más elevado derecho como ciudadanos, y nosotros, lo digo colectivamente, lo desperdiciamos, no ejercemos ese derecho a la libertad y votamos caras, ni siquiera corazones, solo cara, sin ideas.

Nada de “fenómeno”, esta realidad de los indignados, es la causa natural de todo lo que se está viviendo, es la reacción casi instintiva del hombre por sobrevivir, por cambiar, por pensar un mundo para nuestros hijos, y tomar la faena de no dejarnos pisotear más.

Indignados somos todos los que vemos como hemos hecho colectivamente solo malas elecciones, elegimos que nos “dirija” una corporación política de lo peor de nosotros, elegimos destruir el planeta con nuestros pensamientos corto placistas, elegimos quemar literalmente nuestros recursos, elegimos que otros elijan por nosotros.

Y ahora, los indignos harán un cambio cosmético, algunas acciones de marketing, algunas medidas “amigables” para con el mundo, solo para sobrevivir y poder seguir haciendo lo que hasta ahora.
Dependerá del poder de superación individual y colectivo para dejar la comodidad  pensado en el futuro, para movilizarnos solo porque es bueno, para movilizarnos por el otro, porque el otro mañana puede ser nosotros.

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