ESTAMOS INVITADOS A TOMAR EL TE.
Aquel ritual se repetía una vez más, el mantel, las tazas y una tetera vacía, pero para ella todo estaba dispuesto para el juego, un juego de niñas, en el cual se aprende la cortesía de ser la anfitriona.
Con una melodía parecida a la de una caja de música, ella ofreció a sus “invitados” el té, unas galletas invisibles, y una sonrisa.
Sus invitados con mirada fija, cada cual desparramado en su silla como ella los habia sentado, no decían nada, estaban inmóviles, ella les ofrecía la merienda y asumía las respuestas que niguno le daba, pero así lograba entretenerse, mientras que la música sonaba.....
0 Opiniones: